Carta de Farmacias Independientes, proyecto Ley Fármacos II:

Una vez más nos dirigimos a ustedes para exponer lo que muchas voces expertas de diversas organizaciones de la sociedad civil y centros de estudios han hecho ver en relación con la regulación de precios de los medicamentos en Chile. 

Estudios recientes y de la última década han sido categóricos en advertir la complejidad de la materia a la que nos enfrentamos para lograr de forma eficiente la reducción del gasto de bolsillo de la población en medicamentos. Primero, hay que hacer la distinción de que estamos ante diferentes categorías de medicamentos y donde Chile presenta su real problema de acceso por altos precios es en la categoría de medicamentos de patente, conocidos también como de marca.

Presentamos tres casos. Estas situaciones son los que real y efectivamente vacían el bolsillo de nuestros compatriotas:

DEPOPRODASONE 150 MG (anticonceptivo de tres meses).  En Chile tiene un valor neto de $24.200 (REVISTA KAIROS MARZO 2020). Sumándole el IVA su valor asciende a $28.798.  Considerando un margen de comercialización promedio de un 30% su valor al público podría llegar a $37.437 pesos. Suponiendo que se fijara un precio, este no podría ser menor que $28,798. El caso en concreto es que, “este mismo medicamento en Perú cuesta al público un valor promedio de $6.000, razón por la que migrantes encargan el producto a sus familiares”.

DAFLON 500. En Chile tiene un valor de $35.100 (REVISTA KAIROS MARZO 2020). Sumándole el IVA las farmacias lo compramos a $41.769. Considerando un margen de comercialización de 30% podría llegar a un precio al público de $54.300 pesos. De aprobarse la fijación de precio con nada de margen a las farmacias, el precio no podría ser inferior a $41.769 y en Europa su valor no supera los $5.000 y en Perú es cercano a $10.000 al público.

PLAQUINOL (utilizado en Coronavirus). En Chile, las farmacias
pagamos aproximadamente $ 25.230 (lista de precio del Laboratorio) con IVA llega a $30.023 pesos y el consumidor final debe pagar cerca de $40.000. En Europa, su precio al público es $5.500.

Ejemplos como estos tenemos cientos. Son medicamentos que sí son decisivos en el éxito de una terapia. Nótese que no incluimos acá aquellos de usos sintomáticos que tienen sus precios similares al resto del mundo y cuya fijación de precios sería de escaso beneficio para los consumidores. Incluso diversos análisis demuestran que los precios de estos productos son de los más bajos de América Latina.

La propuesta de fijar los precios de los medicamentos, concentrados en el margen entre “costo de adquisición y costo de dispensación” (margen de comercialización), la cual ha sido defendida férreamente y en forma porfiada por algunos legisladores, elude la evidencia antes expuesta en el sentido que el alto precio de los medicamentos de marca se origina en el alto precio al que venden los laboratorios en relación a los precios de otros mercados en el mundo.

Si la regulación de precio no se hace a nivel del precio del productor o importador, jamás podremos tener los precios que tienen los pacientes en el resto del mundo. En general, para evitar el arbitraje de precios por territorios de los laboratorios internacionales, lo único que hace sentido es regular el precio de fábrica.

Es evidente entonces, señores legisladores, que cualquier política pública o norma legal que pretenda bajar los precios a cifras cercanas a los precios internacionales tiene como única alternativa intervenir los precios de los productores e importadores.

La evidencia internacional demuestra que en aquellos países donde existe regulación de precios ésta se da precisamente solo en la categoría de medicamentos patente y en un contexto de cobertura y reembolso, mediante un sistema ETESA (Evaluación de Tecnologías Sanitarias). Ninguno recomienda fijar precios fuera de dicho contexto, ni directamente a las farmacias, como el que se discute en el proyecto de Ley de Fármacos II, pues advierten claramente que se impactaría negativamente el acceso a las medicinas.

La fijación de precios directa provocará que la red de dispensación farmacéutica privada se concentre aún más en dos o tres grandes cadenas, haciendo más difícil el acceso integrado a medicinas a lo largo del país. Así las cosas, la colaboración de las farmacias independientes con el sistema público para garantizar acceso oportuno a medicinas se verá claramente debilitado. Y no se conseguirá el objetivo de bajar el gasto de bolsillo de las chilenas y chilenos en medicamentos.

Agradeceremos al Sr. Presidente de la comisión mixta recibir de su parte en virtud de nuestro derecho de petición una respuesta a nuestra justificada duda respecto de lo que en nuestra opinión equivocadamente se encuentra en discusión: fijar el precio final de medicamentos al público y no la regulación del precio de venta que determinan los productores e importadores para distribuidores o farmacias. 

  • Presidente Asociación gremial de Químicos Farmacéuticos y dueños de Farmacias Independientes, AFFIChile A.G., Héctor Rojas P.
  • Secretario General de Unión de Dueños de Farmacias, UNFACH, Alfredo Nebreda.

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