Hemos leído con mucha atención, apenas llegó a nuestras manos, el informe “Recetario Magistral: ventajas y riesgos” elaborado por la organización Prolmed, que agrupa a laboratorios que poseen planta de producción farmacéutica en Chile, pero que son de propiedad de capitalistas extranjeros.

Los laboratorios asociados son Abbott, Andrómaco, Bagó, Recalcine y Saval. Su estrategia comercial es la producción de réplicas, es decir, copias de medicamentos innovadores de marca. A los suyos suelen denominarlos “genéricos de marca”, lo que constituye una contradicción, pues los medicamentos en cuanto a su nomenclatura o son de marca o son genéricos, no ambas definiciones a la vez. Es, sin duda, una movida de marketing para aprovechar la preferencia que los enfermos le brindan a los genéricos especialmente por su menor precio. Similares es la denominación que debiesen utilizar.

El informe en observación es un trabajo técnicamente bien hecho, tiene todas las características que exige una presentación sería, sobre todo si está destinada a las autoridades públicas, como es el propósito en este caso. El objetivo que persigue es influir en las decisiones de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, en donde algunos parlamentarios formularon indicaciones destinadas a potenciar el funcionamiento de los recetarios magistrales farmacéuticos.

Este último es el tema que preocupa a Prolmed, porque esta organización teme que tales indicaciones acogidas en la discusión legislativa de la Ley de Fármacos II, dañen los intereses económicos de los laboratorios asociados. Es curioso observar que el informe comience por reconocer las bondades, méritos y utilidad del sistema magistral, para más adelante, en el mismo informe, propinarle a este sistema un ataque frontal cuando lo califica de inseguro y riesgoso. Se puede pensar que tal actitud sirve para otorgarle a la presentación una suerte de objetividad.

La existencia de la farmacia magistral y su vigencia se justifican por el aporte que entrega y constituye una gran ayuda terapéutica y social a sectores poblacionales que están privados de un buen acceso a los medicamentos convencionales de confección industrial.

La farmacia magistral sigue presente en Chile y el mundo porque aún con muchos aspectos a mejorar, es todavía una buena alternativa frente a una necesidad no satisfecha, cuando la atención de salud es insuficiente porque margina de una medicación oportuna y completa a miles y miles de chilenos.

Llama la atención que el informe acude a casos de daños ocasionados en Estados Unidos. Si hubiesen sucedido en Chile, los habrían destacado con especial entusiasmo. La solución no es descapitalizar ni desprestigiar los medicamentos magistrales, contra los cuales en el informe Prolmed se usan hasta elementos terroríficos, como cuando se dice que en USA ha habido casos de ceguera y muerte causados por preparaciones magistrales.

A propósito del uso de recursos como el señalado se debe recordar que muchas tragedias iatrogénicas ocurrieron no siempre por efectos propios de las moléculas, sino de malas prácticas de manufacturación industrial de medicamentos.

La solución de los posibles problemas que pueden ocurrir en recetarios magistrales, está en poner en práctica una reglamentación tan rigurosa como sea necesario, que acredite seguridad, calidad y eficacia. Para ello es preciso dictar normas GMP aplicables y exigibles a todos los recetarios magistrales según la naturaleza de las formas farmaceuticas en
producción.

El D.S. 79/10 sirvió para poner mayores cortapisas al desarrollo magistral y no para mejorar el acceso de la población. La disposición que impide vía receta magistral la reproducción de formulaciones de medicamentos registrados en el I.S.P., es una limitación absurda que satisface sólo los
intereses comerciales de los industriales, en ningún caso tiene un objetivo sanitario. Por el contrario, es un riesgo habilitar la producción con un 10% mayor o menor que la formula registrada. Esta medida es muy riesgosa para un tratamiento, pues puede originar una sobredosis, en un caso, o una dosis subterapéutica en el otro.

Por mucho que Prolmed se empeñe, la confección de productos farmacéuticos magistrales no desaparecerá. ¿Cómo resolverían los médicos casos de intolerancias a excipientes, la adecuación de dosis en casos muy comunes, la desaparición de medicamentos y la falta de recursos de muchos pacientes frente a fármacos de alto costo?

Cuando uno se encuentra con situaciones como las que representa este informe, se pregunta cómo puede haber tanta falta de humanidad en un campo en que la población carece de la capacidad suficiente para resolver sus problemas básicos de salud.

Las indicaciones parlamentarias destinadas a fortalecer el sistema magistral no ponen en riesgo los intereses de la industria farmacéutica, están destinadas a resolver un problema que afecta gravemente a nuestros enfermos.

El camino elegido por Prolmed es inhumano y mezquino.

Hernan Vergara M. Químico Farmacéutico. Ex académico Facultad de Farmacia U.De Chile. Ex Jefe de Control Nacional del ISP.

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