Señor Director:
En relación a la carta del señor José Luis Cárdenas de Prolmed publicada en La Segunda el 12 de noviembre (adjunta a pie de página), como farmacia independiente mediana me llaman profundamente la atención algunas afirmaciones del señor Cárdenas, muchas de ellas a mi juicio inexactas.
Desde ya los medicamentos “genéricos” no poseen un precio promedio de U$0,90 ($620 aprox.) por producto. Tal vez unos 80 medicamentos y en ofertas mensuales puntuales de algunas distribuidoras o laboratorios poseen esos precios.
Por transparencia, sería importante que el señor Cárdenas diese a conocer públicamente los precios de salida para los “genéricos” desde sus laboratorios, deben ser no menos de 400 los fármacos que se comercializan como tales.
Como farmacia indepediente, no estoy dispuesto a recibir insultos cuando por ejemplo, vendemos un medicamento “genérico” en $6.000 y el cliente obviamente con justa razón se sienta estafado al creer que este tuvo para nuestra farmacia un costo de $620 y no $4.500 como tal vez sea la efectiva realidad.
Todo lo demás que expresa el señor Cárdenas es solo palabrería con la que pretende, tal como CIF, traspasar íntegramente la responsabilidad al Estado y sus precarios sistemas de acceso a los medicamentos por parte de los enfermos.
Todos quienes estamos involucrados en este mercado farmacéutico debemos colaborar para que los precios de los medicamentos en nuestro país sean lo más justos posibles. Esto, comenzando por CIF y Prolmed, que deben hacerse un examen de conciencia, y por sus medicamentos (llámense innovadores o de “marca”) que deben bajar sus precios en Chile, por lo menos al nivel de la comunidad europea o paises vecinos a esta, donde los mismos poseen precios de venta al público que fluctúan entre un 50% y hasta un 500 y más % menores respecto a los vigentes en farmacias de cadenas en nuestro país.
A contar de ahí, y con justa razón, podemos solicitar al Estado efectúe un mayor aporte para los temas de Salud, seguros médicos etc., etc. Considerando las pocas soluciones originales que aporta Prolmed, me atrevo a proponer algunas medidas, todas demostrables, las cuales pasan en su mayor parte por la voluntad política del Gobierno de turno y alguna que otra por nuestros legisladores, para ser implementadas en la Ley de Fármacos 2.
- Modificar la norma técnica 131/2012 en el punto 1.15, que impide una mayor llegada de fármacos BE baratos al país, generando con ello una mayor competencia.
- Modificar el decreto 79/2010 que regula los recetarios magistrales: está probado que el RM es un arma muy eficaz para regular los precios hacia la baja en los medicamentos.
- Venta por parte de Cenabast a las farmacias comunitarias y organizaciones de enfermos que posean sus propias farmacias. Es de público conocimiento que Cenabast adquiere cientos de fármacos en precios hasta 25 veces menores respecto a los vigentes en farmacias de cadenas, y es justo que el Estado coloque estos a disposición de todos los enfermos.
- Investigación, denuncia y sanción en la medida que la ley lo permita, contra las empresas farmacéuticas extranjeras establecidas en Chile las que, desde siempre, han cobrado precios abusivos por sus fármacos. Cientos de ellos poseen valores hasta cinco, seis y más veces superiores a los de la Comunidad Europea.
- La implementación de un observatorio mundial de precios de medicamentos ayudaría mucho para estos efectos.
Finalmente, como los lectores podrán observar, sí existen grandes barreras para que los enfermos chilenos puedan acceder a medicamentos con precios más justos.
Es efectivo que los precios de los “genéricos” son de los más baratos en Latinoamérica y que hasta es posible que los medicamentos de “marca” sean los terceros en precios menores dentro de América Latina. Ello solo demuestra que los laboratorios farmacéuticos norteamericanos y europeos establecidos en Latinoamérica, abusan con sus precios en todos los países de esta área del mundo, algo que difícilmente se atreven a efectuar en Europa. Sí lo hacen en U.S.A.
Puedo además agregar que hoy existen no menos de 40 medicamentos “genéricos” esenciales en falta en el país. Sus causas: el bajo precio de estos y el alto costo de las bioequivalencias cuyo costo, si es “in vivo”, supera los cien millones de pesos por medicamento.