La Asociación Gremial de Farmacias Independientes AFFI Chile advierte y reitera que la propuesta legislativa de regular los precios de los medicamentos concentrándose en el margen entre “costo de adquisición y costo de dispensación” de las farmacias es un error, porque no toca el precio de venta que imponen los laboratorios internacionales a nuestro país.
Pero sí amenaza, seriamente, el acceso de medicamentos de la población por los impactos negativos aún no evaluados ni dimensionados en la discusión legislativa, que sin duda esta medida tendrá en todo el sector de la dispensación farmacéutica.
Es más, el estudio de mercado de los medicamentos de la Fiscalía Nacional Económica en la que esta medida se basa sólo analizó los medicamentos genéricos intercambiables (los más baratos) y no hizo propuestas respecto de los productos innovadores de marca ni sobre la discriminación de precios de los laboratorios a las farmacias de nuestro país, pese a que esto constituye el núcleo fundamental del alto costo en medicinas de la canasta familiar.
Los químicos farmacéuticos y dueños de farmacias independientes, centros de salud, claman ante la autoridad por la revisión a fondo de la fórmula de fijación de precios que se discute en el proyecto de Ley de Fármacos II. El país no se merece una regulación ineficiente y regresiva que no bajará los precios de los medicamentos éticos y que provocará un desabastecimiento de medicamentos genéricos sin precedente en nuestro país y una crisis terminal en la red independiente que brinda acceso a medicamentos en todo el país.
En ese sentido, y sumamente preocupante, es que una comisión por dispensación de medicamento lo único que hará será aumentar el precio de la categoría de medicamentos genéricos que hoy ya son baratos y accesibles a la población, o peor aún, hará que los productores reduzcan aún más la oferta de éstos (situación que viene agravándose, dramáticamente, desde que se promulgó la ley de fármacos I), con el fin de financiar a los medicamentos de marca que seguirán imponiendo sus fabricantes a nuestro país.
Con medidas como la que plantea Ley Fármacos II, la red de dispensación farmacéutica privada se concentrará aún más en dos o tres grandes cadenas haciendo más difícil el acceso integrado a medicinas a lo largo del país. Así las cosas, la colaboración de las farmacias independientes con el sistema público para garantizar acceso oportuno a medicinas se verá claramente debilitado.
Si, además, sumamos el hecho que de implementarse una tarifa regulada que no considera aspectos críticos como la ubicación geográfica o los costos de logística, entre muchos otros, provocará que muchas farmacias pequeñas no puedan cubrir sus gastos llevándolas a la quiebra, lo cual es grave en un país como el nuestro y donde éstas representan el 58% de las farmacias.
Existen otro tipo de regulaciones que es necesario observar y fortalecer, como la Ley Cenabast que rebaja sustantivamente los precios en un número aún acotado de medicamentos, pero que nada le impide expandirse a un número muchísimo mayor. Un pequeño ejemplo de colaboración público-privado, que intenta corregir una asimetría del mercado altamente sensible para la población.
Por último, el sector independiente espera que los miembros de la Comisión Mixta legislarán en real beneficio de los pacientes con mociones que den reales garantías de promover el acceso de fármacos a precios justos fortaleciendo la red de dispensación privada y no destruyéndola.
Reconociendo, así, su fundamental rol país en la salud de las personas y en la huella económica y social de la industria farmacéutica en Chile. Esto no solo implica conocer a cabalidad indicadores claves de producto, empleo y salarios de la industria para estimar su impacto económico, sino que también se deduzcan, en base a evidencia empírica internacional, los beneficios sociales de mejor calidad de vida, mayor esperanza de vida e incluso menor costo en tratamientos médicos que la industria permitiría a las personas en Chile.
Discriminación de precios de laboratorios internacionales a farmacias chilenas
Cualquier política pública o norma legal que pretenda bajar los precios a cifras cercanas a los precios internacionales tiene como única alternativa intervenir los precios de los productores e importadores.
La propuesta legislativa de fijar los precios de los medicamentos concentrándose en el margen de las farmacias, elude precisamente el hacerse cargo de que el alto precio de los medicamentos es en los de marca y cuyo valor excesivo se origina en el precio al que venden los laboratorios internacionales a nuestras farmacias, en relación a los precios de otros mercados en el mundo.
Evidentemente, en la discusión legislativa hay un sesgo difícil de entender a la hora de abordar esta problemática, pues los laboratorios internacionales son el foco de atención de todos los países que han resuelto positivamente la disminución del gasto en medicamentos esenciales negociando el precio de entrada.
A continuación, presentamos algunos ejemplos para que los legisladores saquen sus propias conclusiones.
– El medicamento Daflon indicado, en adultos, para el alivio de los síntomas relacionados con la insuficiencia venosa, en Chile los laboratorios lo venden a un precio de lista en $35.100. Sumándole el IVA, las farmacias lo compran a $41.769. Considerando un margen de comercialización de 30% podría llegar a un precio al público de $54.300 pesos. De aprobarse la fijación de precio con margen cero a las farmacias, el precio no podría ser inferior a $41.769 y en Europa su valor no supera los $5.000 y en Perú es cercano a $10.000 al público.
– El Depoprodasone 150 MG (anticonceptivo de tres meses) en Chile su precio de lista en laboratorio es de $24.200. Agregando el IVA, las farmacias lo compran a $28.798. Considerando un margen de comercialización promedio de un 30%, su valor al público podría llegar a $37.437 pesos. Suponiendo que se fijara un precio, con margen 0 a farmacias, este no podría ser menor a $28.798. El caso en concreto es que, este mismo medicamento en Perú cuesta al público un valor promedio de $6.000, razón por la que muchos migrantes encargan el producto a sus familiares.
– El Plaquinol (utilizado en Coronavirus). En Chile las farmacias pagan al laboratorio, un precio de lista de aproximadamente $ 25.230, con IVA llega a $30.023 y el consumidor final debe pagar cerca de $40.000. En Europa, su precio al público es de $5.500.
En la siguiente tabla se pueden ver más ejemplos de la discriminación de precios que hacen los laboratorios a nuestras farmacias chilenas, en relación a otros países:
Por tanto, la regulación de precios no disminuirá en forma sustancial el gasto de bolsillo de los chilenos en fármacos esenciales en consideración a que, como en los ejemplos señalados, no se considera regulación al precio de entrada que fijan los laboratorios en muchísimos medicamentos que no tienen competidores más económicos y los pacientes continuarán estando obligados a comprar el único y más caro disponible en el mercado.
Por ello, la Ley Cenabast cobra una dimensión fundamental hacia una regulación de precios realmente eficaz en nuestro país. La diferencia de precios a los cuales adquiere Cenabast es una constatación de ello, sólo por mencionar algunos ejemplos:
Tabla-2