El Ministerio de Salud (Minsal) reiteró recientemente que la venta de anticonceptivos en Chile está sujeta a la presentación obligatoria de una receta médica. Esta normativa, vigente desde hace años, ha sido poco exigida en algunos puntos de venta, pero en los últimos meses se ha intensificado la fiscalización por parte del Instituto de Salud Pública (ISP).

Según declaraciones oficiales recogidas por diversos medios, el ISP está realizando controles en farmacias de la Región Metropolitana para asegurar el cumplimiento de lo establecido en el Código Sanitario. “Cuando no se pide la receta, hay una infracción. Por lo tanto, invitamos a la comunidad a denunciar estos casos”, señalaron desde el organismo.

La receta puede ser emitida tanto por médicos como por matronas, y su duración actualmente varía entre 6 meses y 1 año, siempre que se indique su uso como tratamiento crónico. Esta información fue confirmada por Verónica Vergara, jefa del subdepartamento de Farmacovigilancia del ISP.

No obstante, el Minsal y el ISP han señalado que están evaluando un cambio normativo que permitiría extender la vigencia de estas recetas hasta 3 años. Esta medida busca alinearse con los ciclos de exámenes ginecológicos preventivos, como el Papanicolaou, aunque aún no se ha formalizado una resolución oficial al respecto.

El objetivo de mantener la receta como requisito, según el ISP, es asegurar una evaluación médica completa previa al uso de anticonceptivos hormonales, los cuales pueden generar efectos adversos si no se prescriben considerando los antecedentes clínicos de cada paciente.

Hasta ahora, no se han anunciado modificaciones a la distribución de anticonceptivos en el sistema público de salud, donde su acceso continúa siendo gratuito a través de los centros de Atención Primaria.

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